Cuando un conejo no
quiere comer y además le lloran los ojos, no sólo debemos sospechar de una
enfermedad infecciosa. Lo primero que tenemos que mirar en la exploración
física es el estado general del animal y de la boca. Además, si está
correctamente hidratado, si el color de las mucosas es el normal, y si está en
su peso ideal. Cuando nos encontramos ante un conejo al que le lloran los ojos,
tampoco debemos pensar que está padeciendo una conjuntivitis u otra patología
relacionada con el ojo propiamente dicho. En el 80-90 % de los casos, la causa
primaria es un sobrecrecimiento dental.
Puede existir una elongación de los incisivos o haber problemas en los molares
(problemas que pasan inadvertidos, ya que es complicado visualizar las muelas
en la boca de un lagomorfo).
La única solución para
tratar este problema es la extracción dental, que no resuelve el problema en
todos los casos, ya que hace falta extraer también el tejido germinativo que
evite que el diente vuelva a nacer y, por desgracia, los dientes están
creciendo durante toda la vida de los conejos.
Ésta es la imagen de un conejo con lagrimeo. La zona de
alrededor de los ojos está húmeda. Y si no mantenemos una higiene adecuada,
puede originarse una dermatitis húmeda, que cursa con caída del pelo de esa
zona, y que provoca molestia y picor, por lo que el conejo se rasca, y el
problema va en aumento. Asimismo, la zona del párpado puede encontrarse irritada.
He aquí un ejemplo. En
esta otra imagen se aprecia una radiografía de un conejo al que le lloraban los
dos ojos, y que no respondía al tratamiento con colirios. La causa principal de
este problema es el crecimiento anómalo de las muelas. Es esencial hacer una radiografía lateral bien
posicionada para establecer un diagnóstico definitivo. La zona más blanca
indica un aumento de densidad ósea, lo cual originaba una inflamación del saco
lagrimal (dacriocistitis) con la consiguiente obstrucción del conducto
naso lagrimal (es decir, el ojo llora y la lágrima rebosa porque no puede ser
drenada con normalidad).
Además, no sólo puede
haber sobrecrecimiento de la raíz de los
molares. Especialmente en los molares inferiores se forman pequeñas espículas
que pinchan en la lengua y en la boca y dificultan que el animal pueda comer.
Otros problemas
dentales típicos en conejos son los surcos en los incisivos con hipoplasia de
la dentina (crecimiento anómalo que se exacerba con un corte erróneo en casa y
que hace que la pulpa del diente quede expuesta al dañar el esmalte, con el
consiguiente dolor).
Acude a tu veterinario
para una primera revisión cuando incorpores a tu familia a uno de estos
animales, para que sea él quien decida si hay que hacer limado de incisivos y
determine si la dirección del crecimiento del diente es la adecuada. Sólo así
podrás prevenir problemas que cursan con dolor y que llegan a ser muy graves.
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